martes, 29 de abril de 2008

Antañas letras de hoy

A vos acudo Bella Dama, sobrero en mano y franca reverencia. Rindo pleitesía en su presencia y en su ausencia, y es en mi espada su nombre el estandarte. Ruego no me pidais buenas nuevas, que en esta ocasión, ni buenas ni malas traigo, si acaso, permitidme unos momentos de su atención que aunque poco traigo de interesante, hoy, como siempre y más que nunca, necesito de vos. Siéntome aturdido, bajo un manto que no deja pasar la luz, y siento y se que aquí, en su presencia, ningún mal me puede acuciar.
¿Qué me sucede, mi Bella Dama?. ¿Qué me impide caminar hacia el horizonte?. ¿Acaso no he obrado bién?. Reconozco y asumo las consecuencias de mis cruzadas y bien de sobras es conocido que jamás dí la espalda a mis infortunios, pero vengo acusando la asuencia de espíritu en mi caminar. No restaré quieto ante tal situación, bien lo sabe vos, y no son estas palabras de lamento, pero ando perdido, confundo el sentido, y no responde tal dicha a ningún mal.
¿Podeís decirme el qué, mi Bella Dama? Ahora es buen momento, dad de beber a este sediento, con vuestra fe y vuestra bondad que antaño me hizo fuerte, aún sin conoceros ya os servía. Fuí un privilegiado, vos fuiste mía, y ahora vos sois mi menester.

(work in process)

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