domingo, 25 de enero de 2009

Ojos, cuidados

Y te miré las nalgas, y vi que las tenías todas.
Y te miré al escote, y vi que me llevaría un rato.
Y te miré a los ojos, y no vi venir la bofetada.

Y te miré las nalgas, y vi que quería seguir viendo.
Y te miré a los ojos, y vi que debía seguir viendo.
Y te miré al escote, y no vi venir la bofetada.

Y te miré a los ojos, y vi lo que quería.
Y te miré al escote, y vi que seguía queriendo.
Y te miré las nalgas, y no vi que te ibas...

Y así, como yo te miré, al venir, al irte, al estar...
como yo te miré, ya no ví nada más.

lunes, 12 de enero de 2009

encendiendo la radio y el cúbito

El día que tu estabas de oferta, yo había olvidado el tabaco en otra chaqueta.
Ese día, tu y yo ya habíamos fumado.

Posiblemente haya elegido un canal erróneo. Posiblemente no me escuche nadie, pero sólo con emitir hoy, habrá más que suficiente.
Soy el único superviviente de un cataclismo que lleva treinta años perpetrándose en mi cabeza día tras día. Una revolución ininterrumpida a la que no ha sobrevivido un gobierno el tiempo suficiente como para que nadie se acuerde de él, tan sólo las imágenes y un nombre que nunca cambiará sirven de referencia al mundo que ha de existir fuera de estos muros, fuera de mi cabeza.
No es esta la primera vez que el silencio reina aqui dentro, que todo parece claro, que todo parece sólido, y es quizás por eso, porque no es la primera vez que pasa, que no me alegro, pero me siento feliz.
En todos los momentos que han sido como este, ha habido una constante, una sensación... algo que me ha hecho recobrar el sentido, que me ha dado razones y motivos, que me ha dado la razón y que me ha alentado a seguir con esta caótica revolución, pues algún día me apoderaré de la sonrisa perpétua, de la constancia del bien, del poder inagotable de seguir, de olvidar un fin, y de ganar al miedo de ganar. En este momento, tan parecido a otros, me convence lo que veo, y estoy convencido de que se puede.
Fin de emisión.

El día que tu estabas de oferta, yo sabía sin saber lo que iba a pasar.
Ese día, tu y yo estábamos pasando

miércoles, 7 de enero de 2009

yo habré la puerta (despropósito imperfecto del verbo hablar)

...y habré de ser Rey. Más allá del presente, y tras el último paso dado como yo, habré de ser Rey. Quedará en la memoria y quizás en el silencio todo lo que anteriormente haya sucedido, pues una vez me corone, tan solo prevalecerá el presente en mi reinado ya que yo, habré de ser Rey. Quien fue una vez bufón, quien fue una vez lacayo, quien fue una vez escudero, quien fue una vez caballero, quien fue una vez lo que hubo de ser, cerrará para siempre un pasado al conronarse, y si bien alguna vez fuí, y sigo siendo, poco queda de ello, porque yo, yo habré de ser Rey.