Antañas letras de hoy

A vos acudo Bella Dama, sobrero en mano y franca reverencia. Rindo pleitesía en su presencia y en su ausencia, y es en mi espada su nombre el estandarte. Ruego no me pidais buenas nuevas, que en esta ocasión, ni buenas ni malas traigo, si acaso, permitidme unos momentos de su atención que aunque poco traigo de interesante, hoy, como siempre y más que nunca, necesito de vos. Siéntome aturdido, bajo un manto que no deja pasar la luz, y siento y se que aquí, en su presencia, ningún mal me puede acuciar.
¿Qué me sucede, mi Bella Dama?. ¿Qué me impide caminar hacia el horizonte?. ¿Acaso no he obrado bién?. Reconozco y asumo las consecuencias de mis cruzadas y bien de sobras es conocido que jamás dí la espalda a mis infortunios, pero vengo acusando la asuencia de espíritu en mi caminar. No restaré quieto ante tal situación, bien lo sabe vos, y no son estas palabras de lamento, pero ando perdido, confundo el sentido, y no responde tal dicha a ningún mal.
¿Podeís decirme el qué, mi Bella Dama? Ahora es buen momento, dad de beber a este sediento, con vuestra fe y vuestra bondad que antaño me hizo fuerte, aún sin conoceros ya os servía. Fuí un privilegiado, vos fuiste mía, y ahora vos sois mi menester.

(work in process)

Frases lunares (cuarto menguante)

Sentado en aquel banco del parque nuevo, respiró hondo. Saboreó el momento, y pensó que no podía imaginar el estar en otro lugar que no fuera ese. No recordaba su nombre, ni su vida, ni el día en el que estaba. Efectivamente, no podía imaginar estar en otro lugar.

Quizás porque iba vestido con una sábana, lo mismo porque estaba debajo de un olivo, una musa le visitió y filosofeó: " Todo exceso conlleva una falta...mi exceso de confianza ha conllevado una falta". Y se sintió satisfecho; pronto comería huevo.

Pedir su octava copa le costó un gran esfuerzo; apenas podía ya vocalizar. El camarero le sirvió y acercándose discretamente le dijo: "Creo que al señor no le va a sentar bien esta copa". Él lo miró y asintiendo respondió: "Lo que te voy a contestar tampoco te va a sentar bien a ti, asi que mejor obviemos nuestro futuro más inmediato y dediquémonos a vivir el presente".

Un niño juega a la pelota con sus amigos. Dos adolescentes repasan anatomía de cuarto curso apoyados en un coche. Tres perros han decidido contribuir al mal logrado césped con una inyección de productos propios. Cuatro viejas ya han pasado lista, y discuten sobre las obras y milagros de los presentes. Cinco minutos que se hacen eternos...6,7,8,9 y 10. Sabía que no iba a venir, por eso mismo no la llamé.

Ojos vendados, cerebros en stock

Si te atrapan unos ojos, coge la linterna y camina. Quedarse quieto no es una buena opción .Olvídate de dejar señales, porque te vas a perder, así que lo mejor es que andes. La salida como tal no existe, si acaso serán esos ojos los que te dejen ir.
Andaba yo con mi traje de capitán Pescanova, que como práctico y bonito deja mucho que desear, pero es de capitán. Andaba yo, decía, con las manos en los bolsillos (la próxima vez vaciaré los bolsillos antes de meterlo en la lavadora, demasiadas pelotillas blancas para mi gusto) y mirando al cielo; ni una sóla nube, bueno una, pero sólo una. Hacía un Sol de justicia (mucha calor, vaya, no he entendido nunca mucho el concepto ese de justicia porque, por las mismas, un microondas podría ser un mini tribunal de lo penal, ¿no?) y las botas me hacían rozaduras en los pies, quizás los calcetines de lana contribuyesen a la causa, pero las botas de goma no estaba libres de culpa, que lo se yo. El jersey de lana picaba mucho, los pantalones de pana me estaban cociendo a fuego lento y los calzoncillos de cuello largo se estaban empezando a fusionar con mi cuerpo. Como capitán las estaba pasando canutas.
Andaba yo, decía, y llegué a una de esas terrazas que están a pie de playa. Agosto....una sola nube....pues su clientela tenia la terraza aquella. Fué ahí dónde la vi. Me acerqué a ella con el talante y el porte de capitán y le dí los buenos días (titubeé, porque faltaba poco para las 12 del mediodía). Estaba sentada con cuatro compañeras más que no guardaban sus risas, fruto del nerviosismo, me dije.
-Buenos días tengan ustedes, señoritas
-Jajajajajajajajaa!!!! Pero, hombre, quítate toda esa ropa, que te vas a desintegrar.
Deduje que estaba muy impresonada pero, a pesar de lo atractivo de la proposición (un tanto descarada, pero irremediablemente nutritiva para el ego) decidí declinarla de la mejor manera posible, procurando no ser muy grosero.
-Por usted haría lo que fuere menester, pero he de significarle que yo, desnudo, pierdo mucho.
Las risas de la mesa pasaron ipso-facto a ser puro llanto y ahogo, en especial ella.
Cuanta intensidad, reconozco que no debería de haberme acercado tan impetuosamente, perdí la conciencia de lo que supone estar ante un tipo como yo. No pude más que alejarme y dejarlas sumidas en su pesar, no creí conveniente alargar más su pena con palabras que no hubiese sofocado tal situación.
Si te atrapan unos ojos, declárate insuficiente, encomiéndate a tu mayor fe, y despídete de la cordura que te vió nacer y que en tanto ha empezado a suceder has dejado a un lado. Y sobre todo, pase lo que pase, haz caso omiso del reo de unos ojos.

Oda: que tad eztaz

El día que estabas de oferta, me olvidé la cartera en casa. Tú dijiste "Aqui no se fía...pero puedes fregar los platos", yo te dije "Venga, muchacha, que estoy en racha, juguémonoslo a una carta". Cogí del mazo la primera carta; era un As. Te toca; Super As. Sí, efectívamente, me Super As te.

El día que estabas de oferta, me olvidé la cartera en mi casa. Tú colgaste carteles, yo los veía de paso. Me paraba a leerlos todos, más eran iguales. Los escribiste todos a mano. Sí, efectivamente, no entendía tu letra

El día que estabas de oferta, me olvidé la cartera en tu casa. Tú no me lo dijiste, yo no me dí cuenta. A los días volví a encontrarla dónde la había dejado. Tenías muebles nuevos. Sí, efectivamente, me quedé sin saldo.

El día que estabas de oferta, ese día...ese día, tu y yo ya habíamos terminado

Para miserias parte de una historia

No es mi oficio el de ser agradecido por otros, ni siquiera permanecer en el plantel de grandes hazañas, pues los que empezamos a respirar de lo más tedioso del aire no somos de grato recuerdo. No se va a llorar nuestra ausencia más que por sí misma, a nadie compete juzgar nuestros actos porque apenas nadie es sabedor de ellos, y los que son conocedores, se convierten irremediablemente en uno de nosotros, ya no hace falta saber mucho más.

Le cuesta mucho respirar, y a cada bocanada de aire que consigue robar le siguen dolorosos pinchazos en el corazón y en el costado. Está sentado en el suelo, apoyado en un container de esos olvidados por el servicio de recogida de basuras, pero poco le importa ni el olor ni lo incómodo, está más pendiente de asegurarse sólo en el lugar y de vez en cuando hace por incorporarse y escrutar a un lado y al otro de la calle.

Le cuesta poco sangrar, y hace por no preocuparse demasiado, ahora ya poco puede hacer para poner remedio a eso. Dos minutos de tranquilidad le parecen el paraíso, sonriendo incapaz de imaginar otro lugar en el que estar después de todo lo que ha pasado, incrédulo por poder seguir pensando, simplemente por seguir, a pesar de no poder hacerse una idea de cuánto más va a poder seguir. Estalla a llorar desconsoladamente, como otras veces a llorado, como nunca va a llorar.

Un ruido lo separa de sí mismo y se vuelve a incorporar, esta vez para dar fe de la llegada de alguien que no es bienvenido, de gente desesperada por acabar lo que han empezado. Su alma da un giro de 360 grados, su cuerpo retoma inconsciencia de su estado y se pone en pie, sin ayudarse de nada ni con nada, pues ahora no existen factores físicos que lo impidan, ahora se dispone a continuar, y apretando los dientes amaga un paso, pero antes de que su pie se encuentre con el suelo cae desplomado. Estaba demasiado ocupado, demasiado sumido en la situación para darse cuenta de que yo ya estaba allí.

18 de marzo

- Cariño, ¿Qué haces?
- Nada, mamá, estoy haciendo una tarjeta de felicitación para mañana
- ¡Muy bien, cielo!
- Mamá.....
- ¿Sí?
- ¿Cómo conociste a papá?
- ¡Ja,ja,ja,ja,ja! Pues aún quedan unos años... Será en una discoteca. Yo iré con unas amigas un sábado por la noche y él estará ahí. Me mirará, yo lo miraré. Bailaremos y reiremos sin saber por qué. Nos veremos más veces y cuando nos querramos dar cuenta, nos despertaremos juntos. Luego vendrás tú, y el resto....ya lo sabrás por ti mismo.
- Ahhh...entonces, mamá....me espero a que nazca y aprenda a dibujar para hacer la tarjeta, ¿no?
- Si quieres, acábala, pero luego lo recoges todo, te lavas los dientes y a dormir, que es muy tarde.
- Vale
Y fué cuando el niño caminaba hacia el lavabo cuando ella bebió de su cubata, le sonrió al chico con el que bailaba y le hizo una señal a su amiga para que la librara de él. Aún quedaban un par de horas antes de que cerraran, la música era cada vez mejor y no paraba de entrar gente en aquél garito.

Querida Encanna:

Quizás sea un error abrir la boca. El corazón me late poco a poco pero tan fuerte que siento cada latido en mis ojos. Sé que respiro, pero sólo porque lo sé. Miro, pero no veo.No estoy tenso, pero sí rígido. Quieto, sin ausencia de movimiento, simplemente en la posición perfecta. No voy a abrir la boca,no.
Mis manos aprietan algo fuerte y no hago fuerza; son como engranajes que a cada piñón que avanzan, ejercen más presión. El engranaje se mueve.... y lo que mis manos aprientan empieza a temblar, a temblar y a humedecerse, noto esa humedad en mis manos. Los ojos me duelen cada vez más.
No oigo nada, sólo a mis pensamientos. Uno me dicen que suelte, otro que me jure que esta será la última vez, otro dice serenamente que no voy a poder mantenerme esa promesa. También oigo un pensamiento que habla muy bien, está argumentándome, creo que está diciendo cosas muy importantes, pero no le entiendo. Otro me dice que hable, que tengo lo justo que hay que decir, pero hay un pensamiento al que no oigo que me dice que no abra la boca.El engranaje se mueve otro piñón más...y otro, y otro.
Creo que mis manos están a punto de cerrarse,mis dedos casi se rozan con la palma, y hay mucho líquido que brota, un líquido caliente. Mis pensamientos siguen diciendo muchas cosas, pero ha aparecido uno con otra voz, no la reconozco, pero me dice que tengo que decidir; o me quedo aquí dentro para siempre, o salgo de aquí para siempre, no hay término medio ni vuelta atrás en ningún caso. ¿Qué hago?

Mañana será otro día

Vaya...he abierto los ojos demasiado pronto...aún faltan dos minutos para que suene el despertador... Lo voy a apagar, hoy quiero ser yo quien la de despierte a ella. Es increible, ahi está con esa cara....es guapa, está tan guapa. Ayer, antes de acostarnos pensaba en lo mismo, y mira que no era el momento, pero es que hasta cuando discute me resulta encantadora; como habla, como piensa, como se mueve...y tenia razón, para variar, pero discutimos tan poco que cuando lo hacemos, me parece que estamos al borde del precipio emocional...menos mal que ella me coloca siempre en mi sitio. Estaba un poco mosqueada cuando nos metimos en la cama, y aún así, cuando apagamos la luz, me dió un beso...y que beso...que dulce, que lento, que manera de dar las buenas noches... Desde que estoy con ella, ya no sueño con ángeles, duermo con uno....Ja,ja,ja,ja,ja,ja. Hay que ver como me he levantado hoy, como mi día de hoy sea asi...me va a dar un subidón de azúcar, ja,ja,ja,ja,ja,ja, En fin, pasan ya dos minutos, más vale que la despierte...me sabe mal, tiene esa cara de paz y de reposo....está guapa....es guapa...pero bueno, ya es hora de ponerse en pie así que un beso marca de la casa y a pelearse por la ducha.
- Caaarii.... nena...., que ya es hora...
Está remolona, ni se mueve.
- Va, nena, que se te va a hacer tarde...
¡Pobre! habrá dormido destapada, tiene la piel fría...
- Nena....

Reparando la junta de trócola

Curioso este auto ejercicio de abrir un blogg y ponerse a escribir... LLevo tanto tiempo escribiendo para mi mismo que hacerlo así , en abierto, me resulta un poco incómodo, pero considero que he de hacerlo. Desde que abrí esto que me siento delante y escribo, borro, vuelvo a escribir, vuelvo a borrar, vuelvo a escribir y adivinia...sí, vuelvo a borrar. Luego lo dejo estar a la voz de " quizás no sea un buen momento" y me dedico a otras cosas. Poco a poco me estoy concienciando que he de seguir haciéndolo, no lo de escribir y borrar ( que ya se me da muy bien) si no lo de escribir y punto. Confieso que me siento muy tímido con este ejercicio y espero que deje de ser así en un par (o tres, o cuatro, no nos presionemos) de entradas más, pero por el momento, es atascante, pesado y poco grato, insisto que lo considero necesario y terapeutico, tiempo al tiempo.
Tanto curioso es el echo de que no se para quién escribo; no es para mi (no exactamente, si así fuese, seguiría con mi mala caligrafía en mis libretas) pero ni idea de para quién o, mejor dicho, quién simplemente.
Qué contar, cómo contarlo... espero ir solucionándolo y dedicarme sólo a escribir, tal cual, y hacerlo de manera suelta, con lo bueno y lo malo, mejorando y empeorando y confiar en que llegue el momento de que sólo me preocupe de escribir regularmente....

Miedo, la equidistancia entre dos puntos

03:00 zulú
LLevamos doce días sitiados en esta trinchera. Ya no nos queda munición y la radio no funciona. Hace tres días que el enemigo nos bombardea y nos acosa con fuego continuado las 24 horas. Por el momento nos defendemos gritando "¡Ratatata!" y "¡Pum, pum!", pero tarde o temprano descubriran nuestro plan. Tenemos a Billy de franco tirador subido a un árbol apuntando con el dedo la posición enemiga, le hemos obligado a quitarse las gafas para que no sepan que es miope, así ganamos algo de tiempo.
03:07 zulú
Han descubierto la posición de Billy...pero ha sido muy listo. Al tercer disparo, se ha dejado caer al suelo y se ha quedado quieto. Un par de ráfagas de ametralladora han bastado para que el enemigo cayese en la trampa, ahora se piensan que está muerto.¡Bién por Billy!
03:54 zulú
Billy debe sentirse vigilado, porque sigue sin moverse.
04:31 zulú
El sargento ha caido presa del pánico y se ha apuntado con su dedo índice en la cabeza. Por suerte hemos podido detenerlo a tiempo antes de que cometiese una insensatez. Yo personalmente me he ocupado de que no vuelva a repetirlo. Le devolveré sus manos cuando vea que se controla.
04:39 zulú
Hemos tenido que amordazar al sargento. El pobre hombre no para de gritar "¡Mis manos!, ¡mis manos!". Sé que se ha dado cuenta de la locura que ha estado a punto de hacer, pero todavía no está en sus cabales para que se las devuelva.
05:10 zulú
......

(work in process)

Habemus blogg

Tal día como hoy y tras un camino con un par de desvios al uso, comienzo algo que tan solo el pasar de los días sabe que será (José Feliciano también se lo pregunta). No voy a estampar ninguna botella en el cascarón de este mi ordenador (una tradición naval preciosa aunque incompatible con la informática) pero sí voy a escribir por segunda vez hoy...

Alea jacta est