martes, 28 de abril de 2009

madruga es tu druga

Y es Saturno, en su faceta más astrológica, el que ha de calmarme, pues por mí mismo no logro hacerlo. Acción reacción que no desespera pero tampoco satisface.
Clamo justicia casi por instinto, pues cuando te abandona el temple, a mi parecer, le robas toda credibilidad a tus argumentos, la tengan estos o no. Y poco más que añadir si ha llovido tanto.

He caido en la trampa de mi propia filosofía, y ahora sólo puedo aferrarme al ego de la constancia de mis actos. No reconoceré a ningún dedo acusador, ni asumiré etiqueta alguna por estos hechos, pero que quede bien claro que se reconocer el sabor de boca que estos me dejan y la impotencia de no poder usar el verbo para defenderme. Condeno la cada vez más cercana conversación que se avecina. La condeno con antelación por la mentira, el cinismo y el sin sentido que va a tener.

Como decía, no me queda otra que confiar en la labor del Saturno astrológico, resumir todas mis vísceras en un profundo y personal sentimiento y asumir que no te va a salir del coño reconocer que has dejado un tetabrick de leche vacío refrescándose en la nevera.

domingo, 19 de abril de 2009

Por poder...

- ...y soy lesbiana
- Perfecto, ya tenemos algo en común, nos gustan las mismas cosas
No puedes lanzar una granada y pretender que explote si no le has quitado el seguro, por mucho que hayas contado hasta diez. Por otra parte, tampoco te va a llevar a ningún lado.
- ¿Me guardas un secreto?
-...
- En verdad, me encantan los hombres
- ¿Como ese que tienes al lado y al que le estás dando el quiebro hablando conmigo?
No puedes apretar unos pechos "empecinados" contra una espalda, por mucho que cuentes con beneplácito. Por otra parte, tampoco te va a llevar a ningún lado.
- Hueles bien
- Y sepo mejor
No puedes jugar mostrando todas las cartas, por muy buenas que estas sean. Por otra parte, tampoco te va a llevar a ningún lado.
- He pensado que...
Y ahí ya... Siendo sinceros, claro que puedes tirar granadas que no exploten, estampar unos pechos activos contra una espalda frotándolos a ritmo de rock y más que claro está que puedes jugar con tus mejores cartas y enseñarlas. Claro que sí,¡faltaría más!. Pero a todas estas no pretendas que luego quede verosímil que piensas porque, por otra parte, tampoco te va a llevar a ningún lado.

miércoles, 8 de abril de 2009

No pude pensar en otra cosa...

Ya había tomado la decisión y mis puños ya estaban lo suficientemente entumecidos como para seguir golpeándole hasta el infinito... y luego un poco más. Mis gesto se convirtieron en mecánicos; acompasé mi respiración con el va y ven de martillazos. Dejó pronto de importarme la efectividad, porque dejó pronto de importarle a él también; aun así, no paré ni disminuí la potencia de los golpes, es más, creo que cada vez pegaba más fuerte. No recuerdo ni cuando ni como paré, pero para cuando noté que todo había acabado, ya me habían llevado lejos. No pude pensar en otra cosa.

Tenía tu cara en mente... desde que colgué el teléfono, desde que no pude decirte nada, desde que tomé la decisión. Sabía perfectamente lo que significaba; no volver a verte, pero también sabía que no volveríamos a separarnos jamás. Él no se merecía tanto sacrificio pero, ¿qué había de tí? nadie se preocuparía de lo que te quedaba por delante, para el resto de tu vida.
Yo no te he aliviado, yo no lo he impedido, yo no he hecho nada... y me da igual si no hubiese podido hacerlo, o que sería lo más sensato, se seguro que nada de lo que yo hubiera hecho te hubiese devuelto a tu vida media hora antes de que él decidiese, decidiese ser un actor relevante en tu vida. No pude pensar en otra cosa.

Ahora estoy lejos, tan lejos que no me verías ni aunque te empujase, tan lejos que no escucharías mi voz aunque pegase mis labios a tu oreja. No te sirve de nada lo que le hice, no me sirve de nada. Me llevaron lejos e hicieron por mi lo que no pude hacer por tí. No pude pensar en otra cosa.