domingo, 23 de noviembre de 2008

ta por hacer

-Quédate con el cambio.
-Quédeselo usted, lo va a necesitar.
-¡Vamos, muchacho! No te pongas así, pretendía ser amable.
-Yo también.
-Lo que tú digas, muchacho... Pero así no llegarás lejos.
-Quizás algo más que usted. No olvide que tiene usted una cabina al girar la esquina.
-¿Para qué quiero yo una cabina?
- Para saber cuan lejos va a llegar. Para saber su punto final. Para saber que va a tener una última oportunidad.

Negaba con la cabeza al salir del establecimiento. Iba mirando hacia atrás, buscando respuestas en la cara de aquel "muchacho" tan insolente y rematadamente estúpido. Iba mirando hacia atrás, y cuando volvió la vista, siguió negando con la cabeza, no daba crédito. Él estaba delante suyo y su única esperanza estaba al volver la esquina...

jueves, 20 de noviembre de 2008

Mecano en tó lo que se menea

Hoy no me afeito, no lo voy a hacer. Me he mirado en el espejo y esa barba de seis días con la que he amanecido... no sé, pero no me la voy a afeitar.
Al despertarme, hoy no he encendido la luz, y he mirado un rato a la oscuridad. Intentaba adivinar la hora exacta escuchando la quietud del vecinario, pero el despertador se me ha adelantado y me ha chivado lo obsenamente temprano que era. Cuando lo he apagado, me he incorporado un poco y al pasarme al mano por la cara ha sido cuando he decidido afeitarme.
La llamada de la naturaleza ha podido con la pereza y me he levantado a oscuras, con ese paso de pato mareado que tengo cuando voy descalzo. He ido al lavabo, y en las doce baldosas que separan mi cama del aseo me he hecho un planning de lo que inmediatamente a continuación iba a hacer; lo obvio (porque me estaba obviando encima), volver a la habitación a rescatar las zapatillas y algo que ponerme encima, ir a la cocina, prepararme un café, tomármelo mientras veo dos minutos de noticias, encender el calentador, prepararme la ropa, afeitarme, ducharme y ala, a ganarme las garrofas. Desde luego que visto así, es mucho más estresante de lo que en realidad es, pero...
Heme aquí con un porcentaje de mi planning realizado; he obviado, me he calzado y arropado, me he tomado el café, las noticias... de buena mañana no sientan igual, el calentador se ha hecho de rogar, he pillado lo primero que estaba limpio para vestirme y aquí me encuentro: no me voy a afeitar. No me queda especialmente bien la "barba rebelde", ni está mejor ni peor vista en el trabajo, tampoco es un acto de gandulería... simplemente, hoy no me voy a afeitar. Eso.

P.D.: Esta tarde tengo que comprar mandarinas, yogures, zumos, un suavizante para la lavadora, y cuchillas de afeitar.

martes, 18 de noviembre de 2008

tolonterías (I)

Delincuente, a tus hurtos; y así fué durante mucho tiempo. Bien hacía valer el refranero adaptado, versionado y dedicado a su actividad. Amigo de lo ajeno, de mano en carteras desconocidas y atento al descuido; y así fué durante muchos años. Conocedor del entorno, sociólogo implacable, comedido en sus adquisiciones, pero activista en su profesión; y así fué durante muchos años. Un segundo y de por vida, la confianza su mayor desengaño, alianzas de aleación poco noble, unos barrotes... y así fué durante muchos años.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Pupu bidú

Me acerqué porque era libre,
y ahora libertad es lo que pido.

- Han vuelto a preguntar por tí. No sé, haz lo que quieras, pero dime algo porque yo ya no se qué responderles
- ¿Has traido las vendas?
- Sí. Sí...claro. Pero te he hecho una pregunta.
- Ya. ¿Me puedes pasar esa palangana y esa botella? Gracias.
- Ten. Eso no tiene pinta de mejorar.
- Lo sé.
- Yo...
- Sólo puedo darte las gracias.
- Creo que no te vas a poner bien.
- Bueno, lo mío ya venía de serie, esto es sólo un tuneo casual.
- ¿Te duele?
- Me duele más haberte metido, aunque no me puedo arrepentir...¡Jajajajajajaja! Esa me ha quedado bien, ¿eh?.¡Jajajajajaja!. Creo que me voy a tumbar... pero sigue hablando, por favor.
- No te tumbes, no es bueno. ¡Ey, levanta!
- Oye, de verdad que esto no había de haber sido así. Hazme otro favor, anda. Coge mi teléfono, si miras en la agenda, hay una entrada que se llama Jo. Cuando me duerma... cuando me duerma, coge lo imprescindible y llama.
- ¡Y una mierda! Levántate. ¡Venga! No me hagas esta putada.
- Ya te la he hecho, y lo único que puedo hacer ahora es hacer que llames. Pero déjame completarla. Háblame mientras me duermo, que ya que hoy no voy a soñar con ángeles, al menos que sea uno quien me de las buenas noches..... Esa también va pal disco...jajjajaja.....
- ¡Hijo de puta! ¡No tienes ni idea de lo que me estás haciendo! ¡Desgraciao!




- Duerme tranquilo...... ¿Jo?


Quieran mis fuerzas que sea firme,
y no caiga en el olvido.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

versos pechosos

Comiendo una mandarina, dediqué un pensamiento,
algo tenso y muy intenso, me lo quedé para adentro.
Bajando unas escaleras, tuve palabras interiores,
muchas y muy buenas, más vivas que los olores.
Andando sin rumbo, me leí un cuento,
no había dragones ni princesas, ni el más leve remordimiento.

Si acaso duelen los propósitos incumplidos y las palabras calladas,
digo yo que a la par o más duelen, unas pelotas chutadas.
Pelotas chutadas fuera, o al bien hablar, balones,
pero no ocultaremos la metáfora de las pelotas por cojones.

Por decir no digo nada,
que luego todo se sabe.
Que reste la boca cerrada,
que se pierda la llave;
y aún no estará la jornada terminada
sin ver a un gilipollas que la abre.

No me sientan bien las cosas,
quizás por falta de agallas.
pero lo que realmente mal me sienta
es ir vestido con mallas.

Tengo tanto, que tanto tuve,
que por tener todo tengo
mi cerebro en una nube.

A ver quién la suelta más grande,
a ver quién la grita más alta.
Que yo seré burro ande o no ande,
y me multiplico con o sin malta.

jueves, 6 de noviembre de 2008

contrachapados

- Que nadie se levante de la mesa
Aquella orden resonó en la cabeza de los tres comensales, pero más que una orden les pareció un atisvo de salvación, una esquirla de solución ante la angustiosa situación. Aquel que esperaba de pie miró uno por uno, buscando unos ojos que estaban clavados en el mantel, todos menos unos ojos de mirada perdida en un rostro escabrosamente tranquilo para como estaba el percal.
- No lo voy a repetir otra vez, ahora mismo...
- Ahora mismo nadie va a levantarse de la mesa, así que no insistas. Vete, porque yo tampoco lo voy a repetir.
El mundo se detuvo. Bravas dos frases acababan de sonar, a cual más desafiante. Los tres comensales cabizbajos iniciaron un viaje retrospectivo, estaban muy tensos y nada dispuestos a mover un sólo músculo, cualesquiera que fuese el desenlace.
Auel que esperaba de pie se puso rojo de ira, apenas controlaba el tembleque que le recorría el cuerpo. Se abalanzó sobre la mesa y sonó un trueno que retumbó toda la sala; su cuerpo dió de rodillas en el suelo y los ojos de mirada perdida se encontraron con unos ojos abiertos como platos.
- No te soprendas, ya te lo dije. Ahora, fin.
Otro trueno fue el preludio al movimiento inerte de un cuerpo dando de bruces contra el suelo. Aquella cara escabrosamente tranquila inspiró suavemente y busco entre los ojos que habían abandonado el mantel y ahora se cruzaban con los suyos. Un tercer trueno convirtió a tres comensales en dos.
- Cuando alguien te acoge en su mesa poco ha de esperar a cambio que no sea gentileza, hasta un sencillo postre o una botella a compartir es bienvenida, pero no es nada apropiado traer algo que tú no te quieres comer.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

parazetaygol, y fuera esos dolores

-Toma, esto es para tí
-¡Oh! Es precioso...
- Sobretodo procura tenerlo cerca de tí, y no lo dejes escapar
-¡Gracias! Lo haré, estará siempre conmigo

El Tiempo se paseó después de esas palabras. Rondaba de aquí para allá, distraido, tocándolo todo, a su ritmo.

-Tengo que decirte una cosa...
- Dime
- Ha volado.
- ¿Cómo?
- Pues que.. que me confié. Pensé que no lo iba a hacer, pero lo hizo. Ha volado
- Bueno, creo que poco o nada puedo decir al respecto
- ¿Te has enfadado?
- No arreglaría nada, ha volado. Yo puedo volver a tener, tú no...A sí que no me puedo enfadar
- No lo entiendo, fué sólo un momento...
- Quizás el suficiente. Yo te dí mi ilusión y se te ha escapado. Has visto como vuela, la has visto venir y no la vas a ver volver. La tuviste hasta que ya no la pudiste tener, supongo.
- ....

Y el Tiempo se paseó después de esas palabras. Rondaba de aquí para allá, distraido, tocándolo todo, a su ritmo.