lunes, 29 de septiembre de 2008

de las nueces blandas

- Caballero, creo que se le ha caído algo...
-¿Perdone?...Ah....Sí....Sí,sí,sí...Muchísimas gracias.
-No hay de qué.
Cuando a uno se le caen los susodichos al suelo, es de buen agradecer que alguien ajeno se interese de manera altruista y le indique dónde se hallan. La raza humana no está del todo echada a perder.

Sonó el teléfono, una voz habló, y se me cayeron al suelo.
El teléfono no sonaba, no oía su voz, y se me cayeron al suelo.
Cuando a uno se le caen los susodichos al suelo, no atiende a razones y menos entiende los motivos por los cuales andan rodando despegados de su sitio natural. La raza humana es harto compleja.

-Tengo Sugus.
-¿Tienes Sugus?
-Sí, tengo Sugus.
-Entonces, ¿tienes Sugus?
-Creo que es lo que he dicho, tengo Sugus.
-No hace falta que te pongas así, que yo sólo quería un Sugus.
-Pero es lo que te estaba diciendo, que tengo Sugus.
-Pues ya te los puedes meter por donde te quepan tus Sugus.
-Bueno, será mejor que me vaya.
-Eso, tú, vete. Yo sólo quería un Sugus.
Y así, sin otro particular que añadir, se alejó del lugar que a partir de entonces le traería desdichados recuerdos, con los bolsillos llenos de Sugus, y abandonando a su suerte a dos cojones que nunca podrían explicarse a cuento de qué se despegaron para rodar y rodar en un entorno frío y hostil.
Cuando a uno se le caen los susodichos al suelo, se alegra de que sea algo metafórico, por mucho que el dolor sea el mismo, aunque en otro idima, si cabe. La raza humana es bípeda.

lunes, 22 de septiembre de 2008

hacido para leer

Sí, y en verdad, digo sí. Que la prosa es barata, bueno, sí. Que podría ser más cara, otro sí. Que por mucho madrugar no amanece más temprano, ¡qué caray!, también sí.

Pepa fué al supermercado, a primera hora de la tarde porque pensó que habría menos gente, y estaba en lo cierto. Andaba ella con su carrito prestado previo pago de un euro (en concepto de garantía) y buscaba productos de primera y segunda necesidad, alguno de tercera y aún se mostraba receptiva para adquirir lo que a buen precio se le ofreciese. Indagando por los pasillos, estantería tras estantería, Pepa encontró un 3x2 que hizo que se detuviese, que leyese dos veces la oferta, que mirase y remirase, que se lo pensase y que por último, se encogiese de hombros y pusiera en el carro tres paquetes de 250 grs de tortellinis rellenso de queso de una marca desconocida, pero que le salía francamente económicos "para un apaño..."
Pepa acabó pronto de comprar, aún le dió tiempo de dejar las bolsas en casa, ir a recoger a sus hijas, llevar a la mayor al básquet, a la pequeña a gimnasia, hacer un café con las amigas, volver a buscar a la una y a la otra, llegar a casa, hacer una lavadora, preparar la ducha para la mayor y seguídamente la bañera para la pequeña, tender la lavadora y sentarse dos segundos a no mirar la tele. Tal y como se sentó a descansar dos minutos, se dió cuenta de la hora que era y que no tenía nada para cenar, así que "el apañó" se le presentó como la mejor alternativa; agua y verduras a hervir, poner la pasta y para condimentarla después con un poco de aceite, sal y ajo, que eso a los de casa les gustaba lo que más. LLegó Pepe de trabajar, las niñas ya estaban duchadas y se sentaron a cenar. Al acabar de cenar, vieron juntos un rato la tele hasta que decidieron irse todos a dormir. Las niñas dieron sendos besos a sus padres, y a Pepa le dijeron en el oído " que buena estaba la cena hoy, mamá" y le dieron un tercer, dulce y apasionado beso en la mejilla. Estando acostados Pepa y Pepe, Pepe se acercó a su esposa y le susurró al oído "las niñas tienen toda la razón del mundo, la cena estaba increíble, cielo". Se dieron un beso de buenas noches, y Pepa, antes de cerrar los ojos, a oscuras, sonrío.

Sí, y en verdad, digo sí. Que la prosa es barata, bueno, sí. Que podría ser más cara, otro sí. Que por mucho madrugar no amanece más temprano, ¡qué caray!, también sí. Pero no por ser barata ha de ser necesariamente mala.

jueves, 18 de septiembre de 2008

cruzando voy, cruzando vengo, vengo

Se cruzan en mi cabeza palabras con sabor a turbio fresco,
me embriagan un poco y me reconforta su sabor, pero no calman mi sed.
Cruzan de un lado para otro dejando un rastro de perfume,
son palabras que se me antojan bellas y ellas lo saben.
Van de un lado para otro y yo me ensimismo con su trayectoria
pero no deja de ser un acto cruel por mi parte.
Ellas van de aquí para allá porque desean salir de mi cabeza y ver mundo,
desean salir por mi boca y encontrarse con el sentido de su existencia.
Nacieron para ser escuchadas pero yo no las dejo salir, no porque no sean bellas,
si no porque temo algo a lo que ellas no temen; que alguien no las desee escuchar.
Son buenas palabras, tanto que en parte se resignan a cruzar por mi cabeza,
tanto que se resignan a sonar torpes el día que yo decida dejarlas marchar,
tanto que se resignan a formar parte de mi exclusivo mundo interior,
tanto que se resignan a ser palabras sordas.
Se cruzan en mi cabeza palabras con sabor, con mucho sabor,
y es mi miedo, quizás mi egoísmo, pero...no quiero verlas partir.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Tipico y pata

- Centro de recursos neuronales, le atende neurana, ¿en qué puedo ayudarle?
-Esto..Hola, buenas. Mire es que les llamaba porque pertenezco a un grupo neuronal que desde hace un par de días no esperfula bien...
- ¿Es usted del grupo unidireccional, del monodogmático o del pluridiscontinuo?
- Vera usted, en realidad pertenezco a un grupo de nueva creación...
- ¿ El quecoñoesestoidal?
- Sí, exactamente.
- Pues le paso con la Unidad de Ensaimadoplágias.
- Como quiera...
"que viene mama paaaatoooo, capum!!!
que viene papa paaaaatooooo, capum!!!
que vienen los patiiiiitooooos, capum, capum, capum!!!!"

- Unidad de Ensaimadoplágias
- Hola, buenas. Que les llamaba porque pertenezco al grupo neuronal quecoñoesestoidal, y desde hace un par de días, el grupo no esperfula correctamente.
- Entiendo...¿ Ha probado a escungizar el bademo?
- Fue lo primero que hice.
- Ya...¿ y a descontrelizar las ginesas?
- Tampoco a dado resultado.
- Bueno, a ver. Pruebe usted a engosar el trurcio, en el sentido contrario de las agujas del reloj.
- Un momento, que pruebo...
- Tómese su tiempo.
- No, creo que no, pero....espere, espere.¡Anda! Pues parece que sí que funciona, ya empezamos a esperfular...
- Estupendo, Lo más seguro que fuese un problema de encontración. Suele pasar en los grupos nuevos.
- Genial. Pues nada, muchas gracias.
- Adiós, buenas noches.
"Si su petición ha sido atendida correctamente, por favor, pulse 1. Si, al contrario, el servico no ha sabido solucionar su problema, por favor, pulse asterisco, uno, asterisco, dos, cuatro, ocho, asterisco, nueve, uno, nueve, asterisco, cuatro, siete..."

jueves, 4 de septiembre de 2008

entre unos y otros

- Vale, de acuerdo, pero no hagas más tonterias.
- Tarde.
- Como quieras. Haz lo que tengas que hacer y vuelve pronto. Saldremos a las 04:30, contigo o sin tí. Te lo digo en serio, en cuanto nos vayamos, estarás solo.
- Si no vuelvo, poco me importará estar solo.
- A las 04:30.
- A las 04:30.
- Suerte.
- Mal asunto si la necesito.

Colgó el teléfono y salió de la cabina. Se encendió un cigarro y tras un par de caladas lo estrelló contra el suelo. No hay nada como el sabor del tabaco para recordar por qué se deja de fumar. Sus pasos eran firmes, calle abajo, luego aflojó la marcha en tanto se acercaba a la terraza del bar.
Pasó por el camino que dibujaban las mesas y que conducía al interior del mismo. Tuvo un cruce de miradas que le aceleró el pulso, famoso por su calma, aún pudo ponerse algo nervioso. Parece mentira lo que se puede llegar a decir en décimas de segundo y con sólo una mirada. Se enfrentó a unos ojos abiertos entornando los suyos, y ahí se dijeron todo. Siguió caminando hasta entrar en el bar...el resto fue bastante rápido. Tres fogonazos precedieron tres estruendos secos y unos ojos dialogantes que aún pensaban en mil cosas se volvieron a abrir como platos justo antes de romper a llorar como nunca.
Los vecinos de la zona habrían jurado no haber oído nada. La policía se hubiese hecho cruces, porque ni los que estaban en la terraza, ni el personal del bar, habrían visto ni oído nada. Hubiera sido así en caso de que alguién lo hubiese llamado, pero un poco de serrín y un general "zapatero a tus zapatos" pusieron las cosas en su lugar, aunque no fuese el mejor sitio. Definitivamente, alguien no iba a estar a las 04:30 en ningún sitio salvo inerte en un rincón de obligado olvido.

martes, 2 de septiembre de 2008

madalena es un nombre de tango

Tenía hambre. Durante toda la noche estuve soñando, de esos sueños de los que uno no se acuerda pero de los que retiene las sensaciones, (como las series que te gustan cuando eres pequeño) y yo, me levanté con hambre.
Me levanto, me ahorro describir el siguiente paso, que ya se sabe de sobras cual es y ¡Hop!...Cruel destino, abandonado por la hada fortuna pero recompensado con el premio de consolación descubro con legañas en los ojos que, gracias a la universal frase: "luego voy", no había hecho la compra y en la despensa, ahora ese desierto, resquicio de abundancia (?) antaño, supuesta cueva de Ali Ba Bá, esperanza de todo tragaldabas, no hay nada más que una madalena superviviente de un comando de doce, fuera de la bolsa desde a saber cuando, en estado de a saber cómo. Pero bueno, es una madalena, la madalena, y yo seguía teniendo hambre. Todas mis esperanzas se volcaron en la realización de un café con leche, en su punto justo de café, en la temperatura ideal de la leche, y en el azúcar comedido, exacto y dulce, en ese café rico y en la madalena.
Todavía es pronto, las lágrimas vienen a mí, pero quizás no fue del todo mal compartir con la madalena aquél café que tenía muy buena pinta, pero que ella se bebío sola, de un trago, sin preguntar y casi sin inmutarse. Y es que la madalena, es mucha madalena.

lunes, 1 de septiembre de 2008

semillas, se1,609344 kms

- Buenas..¿quién da la vez?
- Pues yo misma, supongo. La verdad es que no pregunté, ni sabía que debía hacerlo.
- Descuide, ahora sabemos que no es usted la última.
- Sí, eso sí
Una sonrisa subió al marcador
- Y permítame la indiscreción...¿Cruza usted mucho por aquí?
- Pues no, de hecho, creo que esta es la primera vez.
- Me alegro de compartirlo con usted. No deje de cruzar en el siguiente paso peatonal, la luz verde es espectacular en esta época del año.
- Muchas gracias, lo tendré en cuenta...ya podemos pasar. Adiós, que tenga una buena tarde.
- Y usted que la comparta.
Y el Sol brilló generoso, el vientó reportó un fresco descanso y toda aquella fauna y flora de la selva urbana susurró al unísono su más bello compás "bailemos el bimbó, que está causando sensación..."