lunes, 5 de mayo de 2008

Encogiendo los hombros

Sabiéndolo, no se donde estas... ¿Lo nuestro fue un contrato de servicio y obra o una diplomatura no homologada de la que nos falta el proyecto final? Yo juraría que hubo cuando nos lo creíamos y que, a destiempo y por motivos X, perdimos la fe el uno en el otro. Es tontería el plantearse responder, pero aún así, tengo dudas. ¿Que eres de mi y que soy de tí?
No me gustaría que estuvieses sola, pero no sabría estar contigo y más allá de si me duele o si es puro ego, me planteo si debería, pero porque durante mucho tiempo formaste parte de mi mundo, moraste un castillo de los que hay en mi propio reino, y fuiste motivo de algunas de mis cruzadas contra molinos de viento, por eso y por cosas aún sin etiquetar, sé donde estás y, sabiéndolo, lo desconozco.
No sois vos mi Bella Dama, ni un motivo de pleitesía, pero que me ardan las entrañas si miento, que aunque sin vos yo no me muero, a su menester acudiría.
Quiera la confusión hacerse reina de mi pobre entendimiento, que es otro mi pensamiento, pero que se trata de la lealtad que hubo en su día.
Brindo por tu recuerdo, que me esconde la verdad y el saber a ciencia cierta, que si no nos hubiese faltado la fe, tendrías como tuvistes, un hombro con el que contar.

No hay comentarios: