Soñar despierto...podría ser una manera de equivocarse, ¿no?. Quizás no es como coger un tren en la dirección contraria o pedir un café descafeinado cuando lo que realmente quieres es un colacao con la leche bien fría. No, decididamente no lo es ( ya lo decía el Sanz ese "no eh lo mimmo"), pero al menos, de vez en cuando, al soñar despierto uno se equivoca, aunque no por ello se va a dejar de soñar.
"Que me quiten lo bailao, si pueden" decía una y otra vez entre lloros, risas, arcadas, hipos, más lloros y más risas. Y no seré yo quien diga que el alcohol es malo, pero a veces no sienta bien.
Conté unas doce personas mirando el espectáculo, todo el mundo tenía cosas que decir; desde remedios caseros para pasar el mal trago (esta venía al pelo), hasta maneras de posicionar ese cuerpo puesto en berbecho, lo poco ético del asunto, lo más lógico del mismo... Doce personas repletas de sabiduría, de esa sabiduría que todos tenemos cuando no son nuestras barbas las que están a remojo, pero ya lo dice el refran, todos nos apropiamos de ese "que me quiten lo bailao, si pueden". Y eran (y son) doce bailes diferentes, doce estilos, doce músicas, doce lo-que-sea que cada uno de nosotros interiorizamos, analizamos, y visualizamos. Aún así, y por suerte, ninguno de los doce era el número trece, que al fin y al cabo es al que se le podía decir y sobre el que se podía opinar.
Soñar despierto...podría ser una manera de vivir, ¿no?. Quizás no es el sueño de toda madre para su prole o la mejor forma de pasar por este mundo. No, puede que no lo sea ( he aquí un qué que da para escribir sobre lo que queda por escribir) aunque al menos, de vez en cuando, al soñar despierto uno vive a su manera, aunque ello no signifique que viva bien.
"Que me quiten lo bailao, si pueden" decía una y otra vez entre lloros, risas, arcadas, hipos, más lloros y más risas. Y no seré yo quien diga que el alcohol es malo, pero a veces no sienta bien.
Conté unas doce personas mirando el espectáculo, todo el mundo tenía cosas que decir; desde remedios caseros para pasar el mal trago (esta venía al pelo), hasta maneras de posicionar ese cuerpo puesto en berbecho, lo poco ético del asunto, lo más lógico del mismo... Doce personas repletas de sabiduría, de esa sabiduría que todos tenemos cuando no son nuestras barbas las que están a remojo, pero ya lo dice el refran, todos nos apropiamos de ese "que me quiten lo bailao, si pueden". Y eran (y son) doce bailes diferentes, doce estilos, doce músicas, doce lo-que-sea que cada uno de nosotros interiorizamos, analizamos, y visualizamos. Aún así, y por suerte, ninguno de los doce era el número trece, que al fin y al cabo es al que se le podía decir y sobre el que se podía opinar.
Soñar despierto...podría ser una manera de vivir, ¿no?. Quizás no es el sueño de toda madre para su prole o la mejor forma de pasar por este mundo. No, puede que no lo sea ( he aquí un qué que da para escribir sobre lo que queda por escribir) aunque al menos, de vez en cuando, al soñar despierto uno vive a su manera, aunque ello no signifique que viva bien.
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