Canta, cuenta y dile al viento
que no es eco, que es tu voz.
Deja que se vaya ya el silencio,
rápido y lento, de dos en dos.
Junta los hombros, y enseña tu "no sé"
haz una mueca, y diviértete de no saber
que al fin y al cabo, y por una vez,
puede que salga bien.